Respuesta a los artículos publicados contra CENTRO DRAMÁTICO ANDALUZ.
26/04/2013 | 11:05 a.m. Estimados ex-pacientes creadores de prosopopeya, Debo pedir disculpas por mi tardanza en responderles, hoy en día ya no me dedico a ejercer de orientador como durante meses tuve que hacer estando en sus compañías. Como es sabido, en la actualidad me mantengo inmerso en mi comunidad escénica, alejado de serias y graves patologías pues el riesgo de contagio es bastante elevado y notorio. A algunos de ustedes, entre "María & Cantos" el consumo de "sustancias psicotrópicas y estupefacientes" entre otros "Bahos" les mantiene absortos y ajenos de la realidad de nuestro querido sigo XXI. En cualquier caso, pueden ustedes dirigirse personalmente a nuestra entidad siempre que lo consideren oportuno, sin tener que hacerlo en escondrijos ubicados en las redes sociales y mediante pseudónimos, y esperar a que sean antiguos expacientes, contagiados por ustedes, quienes den la cara. Ellos no les tendrían que hacer de cabezas de turco, no tendrían que ser quienes les delaten en sus intenciones tan ingenuamente disfrazadas de color de rosa. Tras evaluar el contenido de sus artículos debo entender el escaso efecto que provocó mi tratamiento ante sus graves patologías. No es fácil elaborar un diagnóstico cuando el nivel de propagación de sus enfermedades es de tan alto calibre. Asumo humildemente el fracaso que padecen ante brotes tan desarrollados. Tal vez un tratamiento de choque habría evitado la propagación de la enfermedad y el contagio general tan vertiginoso que provocan tales patologías. El conocimiento no ocupa lugar y un exhaustivo estudio de los contenidos de la industria escénica y de la Lírica, la Danza y el Teatro en general les habría evitado tales graves consecuencias patológicas. Debo apremiar sus efectos secundarios, manifiestan una notable disminución del sentido del ridículo como consecuencia de sus lamentos colectivos. Comúnmente tales diagnósticos son considerados como paranoias crónicas con un alto riesgo de contagio a aquellos pacientes poco dotados de integridad y precariedad intelectual. Tales efectos les provocarán un aislamiento por parte de la comunidad escénica saludable a la que intentan acceder. Una vez rotos los vínculos con el sujeto que los origina y abandonada esta fase de aislamiento, tales patologías desaparecerán, como tal paranoia que es. Llegado a esta fase corre el riesgo de que sus efectos virulentos sean concentrados entre su propio colectivo interno. La negación a asimilar tales dosis de contenidos no deja de ser un horizonte inquietante como cuadro médico. Si no se erradican las causas de la precariedad intelectual entre los afectados deben saber que existen acontecimientos ocultos en el tiempo que algún día saldrán a la luz, por lo que se les augura un alto nivel de guerrillas internas entre su propia comunidad afectada. La hábil intervención de especialistas erradicaría su cuadro virulento y la bravuconería de la que se ven esclavos. Deben saber que la dudosa desaparición de los estados compulsivos de paranoia de los perturbados no implica necesariamente su reintegración ni rehabilitación mental. El conocimiento caduca muy rápido y necesitarían un régimen constante de inyección con dosis de contenidos y conocimientos, con lo cual se tendrían que generar nuevas prácticas intelectuales hasta ahora desconocidas por su comunidad afectada. Su falta de disciplina en estos hábitos saludables les provocaría daños colaterales los cuales naufragan en la depresión temporal, solo temporal. Una vez erradicada la paranoia clínica vinculada a su odio es posible que se manifieste un fatuo vacío interior provocando una disminución vertiginosa de litio y serotonina viéndose inmersos en un cuadro de trastorno bipolar, vulgarmente considerado una rabieta infantil provocada por su ineptitud. Llegado a este punto, mis más apreciados ex-pacientes, y dadas sus constantes llamadas a lo que consideran su deidad o Deus ex machina, comúnmente conocidos como la gran comunidad de psicóticos afectados, les solicito que adquieran a la mayor brevedad una masiva dotación de PROZAC para afrontar el cambio tan notorio que van a tener que asimilar y así afrontar la extenuación, el desengaño y los potenciales impulsos suicidas de los que podrán ser víctimas al verse alteradas sus peripecias psicóticas. Mis mayores deseos hacia su comunidad. Estoy convencido que lograrán una pronta inclusión social. Su pronta recuperación representaría, una vez curados, recuperar nuestra relación profesional que tanto parecen desear, pero esta vez, sin correr riesgo alguno de contagio. Reciban un cordial saludo y mi más sincero deseo de un pronto restablecimiento de su salud. Fdo.- El Director (en homenaje a A.B.) Ex-orientador. Aquí os dejo el primer artículo publicado por un ex-paciente.
El día del juicio final muchos discutirán con San Pedro, intentarán convencerlo del número de puertas que deben existir en el reino de los cielos, cuando en realidad, solo los que las hayan visto, lo sabrán. |
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